

Referencia: 2709202016
Cuando se asentaron permanentemente los visigodos en Hispania, tras cerca de un siglo interviniendo militarmente bajo los designios del debilitado Imperio romano o el de su propio reino establecido en Tolosa, heredaron bajo su tutela una sociedad ya organizada y estructurada a partir de una configuración urbana, que durante siglos ejerció como soporte efectivo del mecanismo administrativo imperial. La creciente influencia del cristianismo se dejó notar en el entramado urbano y rural, tanto en su arquitectura como en sus mecanismos de poder, y el peso del catolicismo supuso a la larga un condicionante que la élite visigoda, tradicionalmente arriana, no pudo ignorar.
Boudica. Solo su mención trasciende la Historia. Menos Conocida que otros importantes personajes femeninos de la Antigüedad, como Cleopatra o Zenobia, no ha sido obstáculo para que sus hazañas pervivieran durante milenios hasta convertirse en leyenda. El símbolo femenino del valor y la lucha por la libertad en Britania. Boudica, soberana por derecho de los icenos, uno de los más importantes pueblos que habitaban la lejana Albión (la “isla blanca”, como era conocida hasta ese momento), lideró también a otros muchos frente a la ocupación romana. La lejana Britania había conseguido mantenerse ajena a la ambición romana hasta mediados del s. I aC, pero en el 61 dC, los pueblos que aún se resistían a la ocupación acumulaban ya cerca de dos décadas de enfrentamientos continuos con las legiones de Roma. Boudica se convirtió en una figura de renombre por méritos propios. Una reina cuyo coraje y valentía hicieron temblar al todopoderoso Imperio romano. Nunca antes sus legiones tuvieron que enfrentarse a un ejército dirigido por una mujer, y no hay duda de que jamás lo olvidaron.