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¿Cuál era el campo de concentración más grande que estuvo en funcionamiento en Europa entre 1939 y 1945? No era Auschwitz. ¿Qué país perdió la mayor cantidad de civiles entre 1939 y 1945? No fueron Francia ni Alemania.
Con una mirada totalmente diferente sobre una parte de la historia de Europa que todos creemos conocer, Norman Davies contesta a éstas y muchas más preguntas.
El estilo convincente, los argumentos sólidos y las conclusiones devastadoras de Davies nos obligan a revisar aquellos seis años y a desechar la visión habitual de la victoria del aliado bueno sobre el nazi malo. El final de la segunda guerra mundial supuso la derrota de un Estado totalitario –la Alemania nazi– por otro –la Unión Soviética–, cuyos crímenes fueron igual de trágicos, aunque quizá menos diabólicos; y para gran parte del continente, «la liberación» no fue más que el inicio de cincuenta largos años de opresión totalitaria.
Boudica. Solo su mención trasciende la Historia. Menos Conocida que otros importantes personajes femeninos de la Antigüedad, como Cleopatra o Zenobia, no ha sido obstáculo para que sus hazañas pervivieran durante milenios hasta convertirse en leyenda. El símbolo femenino del valor y la lucha por la libertad en Britania. Boudica, soberana por derecho de los icenos, uno de los más importantes pueblos que habitaban la lejana Albión (la “isla blanca”, como era conocida hasta ese momento), lideró también a otros muchos frente a la ocupación romana. La lejana Britania había conseguido mantenerse ajena a la ambición romana hasta mediados del s. I aC, pero en el 61 dC, los pueblos que aún se resistían a la ocupación acumulaban ya cerca de dos décadas de enfrentamientos continuos con las legiones de Roma. Boudica se convirtió en una figura de renombre por méritos propios. Una reina cuyo coraje y valentía hicieron temblar al todopoderoso Imperio romano. Nunca antes sus legiones tuvieron que enfrentarse a un ejército dirigido por una mujer, y no hay duda de que jamás lo olvidaron.