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El contraataque de Annual
Referencia: 1101202502
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La caída de Annual el 22 de julio de 1921 y la desaparición del general Fernández Silvestre provocaron el derrumbe de la comandancia militar de Melilla, mientras en la ciudad cundía el pánico. El alto comisario Berenguer se personó en el lugar de la crisis al día siguiente, y no tardaron en llegar refuerzos, desde Ceuta y desde la Península. Pero mientras los batallones desfilaban por el muelle, la ciudad se iba llenando de refugiados procedentes del campo circundante, familias temerosas de lo que pudiera pasarles, ahora que los rifeños parecían haber asestado una puñalada mortal al protectorado español. La situación tomó un cariz tan grave que, todos a una, los jefes militares decidieron que Melilla era la prioridad; y abandonaron a los defensores de Nador y Zeluán, asediados a apenas unas decenas de kilómetros, que se rindieron el 2 y 3 de agosto. De igual forma a los de Monte Arruit, que serían masacrados el día 9. El país estalló de indignación, tanto las cortes como la población exigieron responsabilidades, dimitieron gobiernos y el general Picasso inició una modélica investigación que corrió paralela a la que sería conocida como la “campaña del desquite”, el contragolpe que se inició con el enorme ejército acumulado en la parte oriental del protectorado. Aviones, carros de combate, artillería y gases iban a ser las nuevas características de aquella Guerra del Rif 2.0, que llevaría de nuevo a las tropas españolas a Monte Arruit, sembrada de cadáveres, y a los blocaos de Tizzi Azza, que tanta sangre iban a costar.