

Referencia: 1909202016
Transcurridos 131 años desde la caída de Jartum, los ecos de la rebelión mahdista y de su pasado colonial aún resuenan en el Sudán de hoy día. Sería Egipto el que, por contra, desarrollara esa actividad “civilizadora”, “unificando” bajo su dominio muy distintos territorios habitados por pueblos dispares con tradiciones y religiones diversas. La rebelión del Mahdi servirá como catalizador del descontento generalizado y aunque quebrará dos décadas después y se instaurará un protectorado británico, resurgirá con más fuerza tras la independencia de Sudán en 1956. Este paréntesis colonial dejaba Sudán del Sur como herencia envenenada y la utopía livingstoniana de un África más próspera gracias al comercio se ha tornado en pesadilla en el caso de Sudán. Estado islámico de partido único desde 1993, leyes basadas en la sharia, una corrupción rampante, todo empañado por las guerras civiles en Darfur y Sudán del Sur que han dejado en torno a 2 millones de muertos. El eco de cascos de caballos yanyauid resuena todavía en la que fue la tierra de los faraones negros donde el general Charles Gordon y la heroica defensa de Jartum se han convertido en un mito imperecedero.