

Referencia: 2612202101
El Ejército se ha mantenido en todo momento silencioso, al menos inicialmente, ante la proclamación de las distintas formas de ser gobernados los españoles, pretendiendo dar fuerza a las instituciones para hacer viable y pacífico el tránsito hacia los nuevo sistemas y procedimientos que se iban adoptando, pero el estado de conciencia social estaba en abierta pugna con los principios en que se asentaba el Antiguo Régimen, por lo que la crisis no podía hacerse esperar, siendo humillado, desnaturalizado, se expurgaron sus filas, se le exigió luchar casi sin medios en numerosos frentes, mal vestido, peor calzado y deficientemente alimentado, sin olvidar todos los intentos de fomentar en su seno la insidiosa y destructora indisciplina y los escándalos de ascensos por méritos no siempre contrastados, además del degradante cabildeo e innumerables injusticias en los ascensos que debieran haber sido (pero no lo fueron) normales.