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Hace cien años comenzó una guerra de tal magnitud que empequeñeció a todas las previas, tanto por su extensión geográfica como por su mortandad y por las repercusiones que sobre todas las capas de las sociedades generó. Tal fue su impacto que en su momento fue bautizada como la Gran Guerra, aunque quedaría ensombrecida un cuarto de siglo después por otro conflicto aún más devastador. El mundo se transformó radicalmente en los cuatro años que duró la Primera Guerra Mundial, los adelantos tecnológicos y médicos fueron espectaculares, y se sembró el germen de cambios más profundos. La historia militar de la Gran Guerra, con frecuencia olvidada, resulta apasionante. De hecho, la mayor parte de las innovaciones que tuvieron lugar en la Segunda Guerra Mundial tienen su origen en la primera. A lo largo de las 240 páginas de este libro, el lector obtendrá una visión general y rigurosa de lo que fue el mayor conflicto de la historia hasta entonces. Los grandes planes estratégicos se alternarán con las pequeños operaciones de gran impacto y con numerosos mapas y precisas descripciones de las principales armas tácticas y protagonistas del conflicto.
Boudica. Solo su mención trasciende la Historia. Menos Conocida que otros importantes personajes femeninos de la Antigüedad, como Cleopatra o Zenobia, no ha sido obstáculo para que sus hazañas pervivieran durante milenios hasta convertirse en leyenda. El símbolo femenino del valor y la lucha por la libertad en Britania. Boudica, soberana por derecho de los icenos, uno de los más importantes pueblos que habitaban la lejana Albión (la “isla blanca”, como era conocida hasta ese momento), lideró también a otros muchos frente a la ocupación romana. La lejana Britania había conseguido mantenerse ajena a la ambición romana hasta mediados del s. I aC, pero en el 61 dC, los pueblos que aún se resistían a la ocupación acumulaban ya cerca de dos décadas de enfrentamientos continuos con las legiones de Roma. Boudica se convirtió en una figura de renombre por méritos propios. Una reina cuyo coraje y valentía hicieron temblar al todopoderoso Imperio romano. Nunca antes sus legiones tuvieron que enfrentarse a un ejército dirigido por una mujer, y no hay duda de que jamás lo olvidaron.